El golpe de ariete, también conocido como choque hidráulico o oleada hidráulica, es un fenómeno que puede ocurrir en cualquier sistema de tuberías donde se utilicen válvulas para controlar el flujo de líquidos o vapores. Este hecho es el resultado de un aumento de presión u ondas de choque de alta presión que se propagan a través de un sistema de tuberías cuando un fluido en movimiento se ve obligado a cambiar de dirección o detenerse abruptamente. Se caracteriza por un marcado golpeteo en las tuberías inmediatamente después del cierre.
La fuerza de impacto en la válvula, causada por el impulso del fluido, puede crear picos de presión que pueden exceder diez veces la presión de trabajo del sistema. Estas paradas repentinas de flujo y los aumentos resultantes en la presión de las ondas de choque pueden causar daños significativos en el sistema de tuberías en general, ya sea debido a un evento singular o al daño acumulativo que ocurre con el tiempo.
Efectos del golpe de ariete
Ignorar el golpe de ariete puede resultar en última instancia en una falla catastrófica de su sistema de flujo. Los efectos a largo plazo del golpe de ariete pueden incluir:
Daños en la bomba y el sistema de flujo: Los golpes de ariete repetidos también pueden causar daños significativos a las bombas, las válvulas existentes y los instrumentos, provocar la falla catastrófica de las juntas con empaques, las juntas de expansión, afectar la integridad de las paredes de las tuberías y las juntas soldadas.
Fugas: El golpe de ariete puede provocar fugas al dañar los accesorios, las uniones y las conexiones. Estas fugas a menudo comienzan lentamente, fugas pequeñas que pueden pasar desapercibidas, aumentando gradualmente en intensidad con el tiempo.
Tuberías rotas: Debido a los picos de presión, la ruptura de tuberías da como resultado la falla de la tubería local y puede causar que todo el sistema y otros equipos fallen. El daño resultante puede ser extenso, lo que a menudo implica importantes operaciones de reemplazo.
Daños a la propiedad externa: Si no se controla a tiempo, las fugas de fluidos pueden dañar los equipos eléctricos o provocar la corrosión de los equipos o la infraestructura.
Accidentes: La ruptura de la tubería también puede poner en peligro la salud y la seguridad de los empleados y del personal de mantenimiento. Según la industria y la instalación específica, las fugas no gestionadas también pueden aumentar el riesgo de resbalones, caídas y electrocución.
Tiempo de inactividad/mantenimiento: Los daños a la propiedad pueden ocasionar costosas reparaciones o reemplazos de equipos. También se pueden incurrir en pérdidas financieras adicionales debido al tiempo de inactividad requerido para mantenimiento, reparaciones o instalaciones adicionales.
Prevención del golpe de ariete
Educar a los operadores de bombas, válvulas y operadores de planta
Correcta elección e instalación de válvulas y tuberías
Lavado de sistemas antiguos
Instalación de reductores y reguladores de presión en la línea de suministro
Reducir la presión de funcionamiento
Invertir en sistemas de tuberías que tengan cámaras de aire como parte del diseño
Reducir la severidad de la presión con válvulas de retención silenciosas
Como puede ver, es esencial que se tomen medidas inmediatas ante los signos iniciales de golpe de ariete. De lo contrario, en última instancia, se producirá un daño en todo el sistema y se puede propagar más allá del sistema de flujo a otros equipos o infraestructura de la instalación.
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